La sexualidad masculina ha sido desde épocas de antaño reconocida por su “facilidad” para manifestarse. Con el nacimiento de un bebé varón surgen diversos comentarios respecto a ciertas expectativas que se generan en torno a dicho nacimiento.
Conforme van creciendo, los hombres se enfrentan a diversas circunstancias directas con la sexualidad, por ello se ha catalogado de ser “sencilla, rápida, lineal y exclusivamente genital”.
Factores emocionales, sociales y biológicos condicionan y caracterizan la sexualidad masculina al igual que sucede en la sexualidad femenina. Eso de que los hombres funcionan sexualmente con un simple botón, es parte de los mitos que socioculturalmente se han establecido.
El varón de igual manera se estresa, enfada, cansa, preocupa, se deprime. Lamentablemente los factores emocionales han sido minimizados en importancia, ya que para ello existen diversas alternativas de “desahogo” las cuales permiten al varón liberarse momentáneamente de lo que se está sintiendo.
El aprendizaje social y cultural del ser masculino tiene como punto importante el tener bajo control todas las emociones y sentimientos hacia sí mismo, los demás y las situaciones en general por lo que desarrollan un espacio emocional más limitado y menos flexible que las mujeres, y llegan a confundir sus emociones con las expectativas que su grupo social tiene para con ellos. Los afectos son creados socialmente, a diferencia de las emociones que son respuestas internas a los estímulos externos que nos provocan tanto personas como situaciones, y los varones, con frecuencia confunden sus afectos(expectativas sociales) con sus necesidades y sus emociones (internas) y por lo tanto lo expone a una vulnerabilidad porque desconoce que pasa consigo mismo y se guía por las expectativas sociales más que por su propio convencimiento.
Diversas etapas en la sexualidad masculina
En la década de los 30 años, el hombre generalmente no presenta problemas mayores, ya ha sobrevivido sus primeros años de vida sexual y por lo usual está en una relación de pareja estable.
En esta edad impacta mucho el hecho del estrés económico, laboral o general que afecta el desempeño sexual, ya sea en la calidad o bien en la frecuencia
A partir de los 40, pueden empezar a aparecer los problemas de erección, que alarma muchísimo al hombre y lo lleva rápidamente a consultar con un especialista. Lo ideal es que vaya acompañado desde la primera vez con su pareja para que el tratamiento sea más eficaz.
Luego de los 50 años, los problemas sexuales que el hombre presente se deben casi siempre a problemas de origen orgánico. Es aquí donde notaremos el cuidado o el descuido que se le ha dado al organismo. Problemas como obesidad, colesterol alto, hipertensión arterial, fumar y el alcoholismo, van a reflejarse de igual manera en la actividad sexual.
Satisfacción sexual, ¿cuestión de hombres?
Un informe de la Universidad de Chicago asegura que los hombres de mediana y avanzada edad están más satisfechos con sus vidas sexuales que las mujeres del mismo grupo erario.
La investigación, realizada a 27.500 personas de entre 40 y 80 años ha sido desarrollada en 29 países.
Datos sobre la satisfacción sexual.
Cuatro de cada cinco australianos de mediana o avanzada edad calificaron con buena nota sus vidas sexuales.
Una proporción menor de adultos en Francia y Suecia compartían esa sensación.
En Estados Unidos, tres cuartas partes de hombres y dos de cada tres mujeres dijeron estar muy satisfechos con los aspectos físicos y emocionales de sus vidas sexuales.
En Japón, sólo el 18 por ciento de los hombres y el 10 por ciento de las mujeres respondieron afirmativamente.
De acuerdo a otro informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (FPNU), centrado en Uruguay, revela que el 75 por ciento de los hombres está satisfecho con este tema y disminuye en las mujeres al 72 por ciento.
Los niveles más altos de satisfacción se observan en los estratos socioeconómicos más altos de la población. 6500 personas fueron consultadas entre 15 y 59 años de edad.
“Estos resultados no son azarosos. A la mujer le cuesta mucho más despojarse de sus problemas a toda hora, pero mucho más cuando están debajo de las sábanas.
Cualquier tipo de conflicto es complejo para ellas de dejar de lado, abstraerse y gozar no está en la naturaleza femenina, al menos no en la cantidad en la que debería manifestarse.
Si se tienen problemas en el trabajo, con la pareja, con los hijos, si se tienen complejos con el propio cuerpo, todo este se verá reflejado en el acto sexual, en las ganas que tengan y en la conducta.
Cambiar de actitud es posible aunque no es nada fácil de lograr. “Hay que distenderse, relajarse, crear un clima propicio y no preocuparse tanto por las cosas, sostiene el sexólogo español Francisco López Narváez.
Concluyendo…
Estamos en un mundo de constantes cambios, la sexualidad masculina no está exenta de ello, por el contrario, es momento de poder dialogar con la pareja sobre todo lo que acontece. Expresando desde lo que sienten, piensan, temen, desean, todo ello contribuirá a enriquecerse más como seres humanos y complementarse con su pareja.
Retomar la sexualidad masculina sumándole aspectos emocionales, no solo es cuestión de genitalidad, pues ella por sí misma se manifiesta.
El placer masculino no es un camino tan estrecho y derecho como se tiende a creer, tiene sus curvas, cuestas y atajos secretos que conducen al verdadero autoconocimiento sexual.
Hasta la próxima: A. Janeth Peralta Uribe. (Psicóloga y Sexóloga)